Pasión, muerte y resurrección -Luis Alberto de Cuenca-
Sombras, Propercio, sombras, gavilanes
oscuros, imprecisos, niebla pura,
cincha, brida y espuelas. No profanes
el mástil del amor, la arboladura
del deseo, la ofrenda de los manes,
con la triste verdad de tu locura,
cosmética, veneno, miel, divanes
y el perfume letal de la lectura.
Conocerás un puente de cuchillos,
la brisa del instante, el terciopelo
remoto como el torso de una diosa.
Sudor frío de muerte, tenues brillos
de Cintia envuelta en luminoso velo,
y, al fin, la presencia de la rosa.
Y el hombre se inventó a dios
2002
Óleo y esmalte sintético sobre tela
21 x 80 cm
Las obras pictóricas de esta época son todas al óleo, pero se caracterizan más que por su estilo por los soportes sobre los que se pintan. Es una época de experimentar con el óleo sobre todo tipo de soportes: telas, lienzos, cartón, papel, tabla… Esta utilización de distintas bases para la realización de los cuadros va a ser una constante en la producción pictórica a partir de este momento.
Esta obra en particular junto con “mujer de espaldas” que fue pintada a continuación de la presente, tiene como soporte una tela de muselina gruesa pintada con esmaltes sintéticos, creando un fondo abstracto, que realza la imagen figurativa del cuadro.
El cuadro pertenece a la serie “El hombre y su religión”, obras que tocan distintos temas religiosos desde un punto de vista absolutamente personal, en este caso el invento de dios y la religión que el hombre ha hecho desde el principio de los tiempos.
Los brazos son un fragmento del fresco de la creación del hombre de Miguel Ángel, donde se ve el dedo de dios insuflando la vida al hombre, o el hombre inventándose a dios, porque lo necesita para explicar lo que no entiende.
Ángel
Óleo sobre lienzo
x cm
Esta obra de pequeño formato se concibió en un principio como un tríptico, pero solo realicé la primera. Una imagen casi expresionista en la que aparece un ángel, que en realidad no es más que una mujer. El ser más divino de la creación, un ángel.
El cáliz de la vida
2004
Óleo sobre papel entelado
50.5 x 53 cm
Es una obra que se enmarca dentro de la serie "El hombre y su religión". La imagen es una especie de juego visual, las dos figuras femeninas crean entre ellas la imagen de un cáliz. Por lo mismo que se juega con el título: "El cáliz de la vida". El cáliz y sus connotaciones religiosas, de contener la sangre y por lo tanto la vida de dios. Y por otro lado, que el cáliz no es más que algo creado por la mujer, verdadera dadora de la vida.
La inocencia de una mirada
2008
Óleo sobre lienzo
85 x 85 cm
En el año 2008 se produce un cambio en la realización de los retratos, si bien no en la técnica y estilo, siguen siendo óleos de fina capa, con pinceladas poco marcadas y colores mezclados y difuminados entre si, sí en el formato, pasando éste a ser mucho más grande de lo habitual.
Esta obra se podría enmarcar dentro del grupo de retratos pero debido a su composición y concepción está dentro de la serie “El hombre y su religión”, y al igual que todos los cuadros de dicha serie va acompañado de un pequeño texto complementario como ya se ha explicado anteriormente.
Mirar, mirar, mirar,
con inocencia,
una mirada pura, sin suciedad ni desdén,
viendo solo belleza.
Mirar, mirar, mirar,
con vehemencia,
una mirada dulce, sin maldad ni acritud,
viendo solo bondad.
Mirar, mirar, mirar,
con justicia,
una mirada limpia, sin perjuicios ni
prejuicios,
viendo solo verdad.
Así sería la mirada de Dios. ¡Si existiera!
Éxtasis
2008Impresión digital, tinta china y barniz sobre cartón
58 x 93 cm
Aunque el cuadro está acabado en el año 2008, las caras realizadas e impresas digitalmente son de los primeros estudios hechos con esta técnica y datan del año 2000 aproximadamente. En estos primeros años de investigación sobre el arte digital los dibujos realizados no son en realidad obras acabadas, sino la base sobre la cual posteriormente realizar los definitivos cuadros.
En esta obra he elegido una base de cartón tratada con tintas chinas y barniz, sobre la que adherir los dibujos digitales, las proporciones del soporte están condicionadas porque en un principio pensaba escribir en él, con pincel y tinta china, el poema que se encuentra bajo la foto del cuadro de la página siguiente, un poco al estilo de ciertas pinturas orientales. La duda de incluirlo o no en el cuadro aún sigue, por el momento he decidido que no, pero no descarto la idea de hacerlo en un futuro, pues ciertas obras pueden no acabarse nunca.
El cuadro pertenece a la serie “El hombre y su religión”, obras que tocan distintos temas religiosos desde un punto de vista absolutamente personal, muchas de ellas van acompañadas de pequeños textos, de estilo poético, que no pretenden ser una explicación de la misma, sino que ambas se complementan, son como dos obras artísticas interrelacionadas entre si, pero a la vez completas e independientes por si solas.
una
Mirada Placentera
calor
humedad
goce
placer
éxtasis
el éxtasis de
santa Teresa
no
produce granos
ni
vuelve tonto
ni
es pecado
sólo es un
engaño
como la
mayoría que la iglesia nos ha legado
Las tres gracias
Óleo sobre lienzo, marco- óleo y marmolina sobre tabla
50 x 40 cm
Las tres gracias en la mitología griega eran quien les otorgaban las cualidades a las mujeres: delicadeza, sensualidad, candidez... Se supone que en conjunto le otorgaban la plenitud.
Las tres mujeres están pintadas con los seis colores entre primarios y secundarios. Lo que le confiere al conjunto la plenitud de la que antes hablaba. El círculo cromático completo.
Los tres cuadros están montados juntos sobre el cabecera de una cama, de 93 x 150 cm.
Lilith
2013
Óleo y acrílico sobre tela
180 x 70 cm
Lilith, la primera mujer. Creada a semejanza del hombre, e igual que él. Por lo que no estaba dispuesta a someterse a él, y dios creó a Eva después para que se le sometiese. Por voluntad propia Lilith avandonó el paraíso, desapareciendo el personaje, o ocultándolo. Para después la iglesia convertirla en la madre de todos los vampiros.