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Cuadros, dibujos, esculturas,| publicaciones sobre arte y otras técnicas...

"Seré un genio, y el mundo me admirará. Quizá seré despreciado e incomprendido, pero seré un genio, un gran genio, porque estoy seguro de ello"
-Salvador Dalí-

POSTIMPRESIONISMO

     
La comprensión del arte moderno, con su espectacular dinámica, se ha hecho difícil para el espectador, por lo que son necesarios unos principios generales antes de adentrarse en el estudio de los distintos grupos y artistas.
1. Recordar que a partir del Impresionismo, la fotografía significa una suerte de liberación de las finalidades imitativas del arte, pero no de las figurativas. Ya no tiene por qué representar con fidelidad la realidad.
2. Reafirmación de la conciencia de que el valor del cuadro no está ligado a lo que representa sino que es "una superficie plana recubierta de colores dispuestos en cierto orden".
3. Descrédito, por falta de uso, de la perspectiva renacentista como sistema de representación.
4. Sobrevaloración unas veces del dibujo, como en el Cubismo, otras del color, como en el Fauvismo o el Expresionismo, como valores fundamentales de lo geométrico-racional y de lo expresivo-sentimental respectivamente.
5. Paulatina importancia de los materiales nuevos y de las posibilidades derivadas de la tecnología.

6. Declaración constante de individualidad intentando confirmar la propia personalidad creadora más allá de maestros y escuelas, sin darse cuenta de que nunca como ahora los medios de comunicación han hecho más sutiles las influencias y las informaciones.
      Esta renovación constante va a ser galvanizada por grupos reducidos de artistas (las vanguardias) que, reivindicando su derecho a la libertad y a la originalidad, proponen una suerte de programas universales, de manifiestos, que se sitúan en un periodo de relativo florecimiento económico (1890-1914), y que agudiza la conflictividad entre los compromisos sociales, humanos y artísticos.
Puede parecer sorprendente el hecho de que en tan corto espacio de tiempo, apenas un cuarto de siglo, se hayan producido tantas evoluciones e involuciones en el terreno del arte, sobre todo teniendo en cuenta que hasta la segunda mitad del siglo XIX, los grandes periodos (Románico, Gótico, Renacimiento, Barroco...) abarcaban cientos de años. La respuesta está en la actitud audaz de los impresionistas que, al romper con todo academicismo, sientan precedente y sitúan a la libertad y a la espontaneidad a la cabeza de los valores plásticos.
     Postimpresionismo es un término histórico-artístico que se aplica a los estilos pictóricos de finales del siglo XIX y principios del XX posteriores al impresionismo. Lo acuñó el crítico británico Roger Fry con motivo de una exposición de pinturas de Paul Cézanne, Paul Gauguin y Vincent van Gogh que se celebró en Londres en 1910. Este término engloba diversos estilos personales planteándolos como una extensión del impresionismo y a la vez como un rechazo a las limitaciones de este. Los postimpresionistas continuaron utilizando colores vivos, una aplicación compacta de la pintura, pinceladas distinguibles y temas de la vida real, pero intentaron llevar más emoción y expresión a su pintura. Sus exponentes reaccionaron contra el deseo de reflejar fielmente la naturaleza y presentaron una visión más subjetiva del mundo. Todos los artistas agrupados bajo el término posimpresionismo conocieron y practicaron en algún momento los postulados impresionistas. 
El nuevo estilo asociaba la técnica a la creación artística y a la contemplación de la naturaleza, al tiempo que rechazaba del impresionismo el culto a lo fugaz, proponiendo como alternativa el análisis de lo perenne. Recuperan la importancia del dibujo, también de la luz, pero también de la expresividad de las cosas o personas iluminadas.
Los artistas principales son cuatro pintores que aportan sus soluciones personales: Cézanne, Gauguin, Van Gogh y Toulouse-Lautrec. 
Bajo el nombre de Postimpresionismo se engloban múltiples tendencias y estilos. Viene a ser un crisol de diferentes técnicas y objetivos que responden a las inquietudes de los diferentes artistas.
A éstos no hay que entenderlos bajo un estilo unificado y definido, sino que la obra de cada uno de ellos responde a la individualidad de sus planteamientos. Hay una influencia del arte oriental. En 1868 Japón se abre a Occidente, y llega su arte a Europa. Fueron los pintores de la década de 1880 los que vieron en estas obras grandes descubrimientos aptos para renovar el arte:
Se apuesta por la recuperación del dibujo y del trazo a diferencia de lo que ocurría en el Impresionismo. El color se aplica en grandes superficies planas sin matización y sin perder intensidad en la lejanía. Por medio del dibujo se dan las calidades de materia, forma e incluso volumen. Se transmite una visión cósmica a partir de lo mínimo. Se capta el gesto detenido y fijado, coincidiendo con la idea de instantánea. Cobra importancia el dejar sin cubrir.
Hay una nueva organización de espacio: se usa la diagonal y la línea de horizonte se coloca bastante alta, así, las figuras se van escalonando. Se usan diferentes puntos de vista, así, las composiciones pueden resultar asimétricas y descentradas. Se usan encuadres originales.
Se prefieren los formatos alargados. Hay un gusto por los detalles. Se transmite una visión hedonista de la vida, la misma que reclamaban los impresionistas. Gusto por situaciones insólitas. Se usan las siluetas. En definitiva se prescinde de todo convencionalismo anterior.

Pintores Postimpresionistas:

Paul Cézanne (1839-1906)
     1886: muere su padre. Hereda una fortuna. Nunca necesitó del arte para vivir. A partir de aquí, Paul vive única y exclusivamente por y para la pintura, pese a que en 1886 contrae matrimonio con Hortense Figuet. Sus relaciones personales pasan a un segundo plano, lo que le importa es la pintura, Hortense y Cezanne tienen un hijo. En su pintura hay varias etapas, es un pintor complejo.
Intuye la limitación que supone ceñirse sólo a la captación de la luz, por lo que emprende una serie de búsquedas espaciales que, más tarde, darán lugar al cubismo. Formado con el grupo impresionista y decepcionado por la mala acogida del público, se retira a Provenza y allí, su deseo de ser fiel a la Naturaleza, lo enfrenta al Impresionismo. Se esforzó por buscar el sentido del orden, la calma y la armonía natural.
Este esfuerzo lo convierte en el padre del arte moderno. Rompe con la perspectiva lineal (dominante desde el Renacimiento) y sin un dibujo definido consigue una figuración sobria y real.
Busca formas esenciales en la Naturaleza, geometrismos, una realidad cristalizada (precubismo) Su fase de mayor interés es la denominada constructiva, donde elimina las diferencias entre el dibujo y el color, y reemplaza el modelado por el estudio de los tonos y la organización racional de la superficie del cuadro. Es el paso consistente en simplificar las formas a base de modular los tonos de un mismo color, desde los más oscuros hasta los más claros.
     El punto de partida es la Olympia de Manet. Pequeños bodegones. Cezanne se autorretrata contemplando la escena. Se reinterpreta la obra de Manet. La obra nos lleva a reflexionar sobre la timidez y el temor de Cezanne en las relaciones con el sexo opuesto.. Eso parece reflejarse en este tipo de cuadros. La mujer encarna un poco el papel del mal, de la tentación, del pecado, de la muerte. La manzana también. Referencias que se mezclan.
Paul Cézanne- Los jugadores de cartas, 1890-1892
     Los jugadores de cartas, subraya la forma mediante el color en vez de diluirla en la luz como los impresionistas.
Paul Cézanne- 1895-1900
     Bodegones. Para él, como el paisaje era cambiante, decide decantarse por los bodegones ya que son más estables y puede manejarlos como quiera. Aplica las mismas pautas de ejecución en esta etapa. En general, hay tendencia por 3 volúmenes. Naranjas, manzanas, botellas… Añade un paño blanco, típico de los bodegones barrocos. Distintos puntos que hacen que parezca que la composición es inestable. Juega mucho con los fondos
En la naturaleza, todo está construido según la esfera, el cono y el cilindro. Aprendamos a pintar estos elementos: Elementos del bodegón siempre manteniendo estas 3 formas. Sobre la mesa.
Paul Cezanne- Las grandes bañistas, 1906
     Los arboles enmarcan y organizan el espacio. Bóveda natural. De nuevo: pincelada, juego de colores… Las figuras buscan la armonía con el paisaje, no se interesa ni por individualizarlas. Son recreaciones inventadas, no usa modelos. Sometimiento de la anatomía de la mujer a la naturaleza. Esto se ve en distintos aspectos: Azul / naranja del paisaje. Tonos de los cuerpos.
Disposición de los arboles como si fueran una bóveda que cobija a las figuras. Además las figuras siguen la misma inclinación / disposición que tienen los arboles.

Eugène Henri Paul Gauguin, PAUL GAUGUIN (1848–1903)
     Muy pronto (con un año) su familia emigro a Perú. Desde pequeño toma contacto con el encanto exótico, que lo mantendrá fascinado toda su vida. La familia en 1855 vuelve a Francia. La llamada de lo exótico lleva a Gauguin a rolarse en la marina para recorrer mundo. En 1871 regresa a París y trabaja como corredor de bolsa, esto le permite alcanzar una buena posición económica. Sienta la cabeza y se casa con una niñera danesa y tiene 5 hijos. La pintura en principio es un pasatiempo para Gauguin, que mantiene contactos con los impresionistas. En 1882 se derrumba la bolsa de París, lo que deja a Gauguin sin trabajo, así que decide dedicarse en cuerpo y alma a la pintura. Abandona su cómoda vida y se dedica a pintar.
Su obra está considerada entre las más importantes de los pintores franceses del siglo XIX y mantuvo su influjo más tiempo que los impresionistas, contribuyendo decisivamente al arte moderno del siglo XX. Sus experimentos sobre el color y, en general, el conjunto de su obra influyeron en la evolución de la pintura, tanto en Picasso como en el expresionismo alemán, y tuvieron especial impacto sobre el fauvismo.
1886. Rompe con todo lo anterior: crea un estilo propio cambiando la técnica y la temática. Ese estilo se denomina sintetismo. Se libera de los valores del impresionismo. Estilo sencillo con señas de identidad claras. Gaugin abandona París en el verano de 1886, y se traslada al norte de Francia, a la Bretaña. Pont Aven está frente a la costa atlántica. Donde se convierte en Jefe de filas de la Escuela de Pont-Aven e inspirador de los Nabis
Rasgos del estilo:
Abandona la pincelada dividida de los impresionistas para aplicar el color en grandes superficies delimitadas por grandes líneas. Libera al color de la misión de retratar la realidad. Busca la máxima intensidad del cuadro. La pintura por la pintura: hacia el fauvismo.
Gauguin busca la sencillez y originalidad del este popular (primera de la Bretaña francesa y luego la evocación del mundo primitivo, indígena, de Martinica y Tahití. 
Y desarrolló la parte más distintiva de su producción en el Caribe (Martinica) y en Oceanía (Polinesia Francesa), volcándose mayormente en paisajes y desnudos muy audaces para la época por su rusticidad y colorido rotundo, opuestos a la pintura burguesa y esteticista predominante en su tiempo en la cultura occidental.
Paul Gauguin- El Cristo amarillo 1889
     Ingenuidad, composición sencilla, sintetista. Mezcla del mundo natural con el sobrenatural. Nueva aparición el Cristo amarillo (imagen de una ermita de la zona de Bretaña). Creencia popular. El color le sirve para jugar con la idea de arbitrariedad.
Paul Gauguin- Visión después del Sermón, 1888
     Visión después del sermón o Jacob luchando con el ángel. Escena de la Bretaña. Tema que fusiona la realidad con lo sobrenatural. Las mujeres salen de misa y acuden a una especie de aparición: lucha de Jacob ante un ángel que quiere someterle. Gauguin utiliza una rama de un árbol que divide dos mundos. La aparición se sitúa en la campiña bretona pero el color no acompaña, sustituye el verde por el rojo para recrear mentalmente la realidad, no para representarla fielmente.
     Un viaje a Taití le descubre un cierto primitivismo artístico. Se instala en Patu Iwa, una de las islas marquesas donde se desarrolla la parte de su producción denominada tahitiana y caracterizada por un fuerte colorido, un cierto dibujo Naif o primitivista y sobre todo un uso aleatorio del color que influirá notablemente en los Nabis y posteriormente en los Fauvistas. Gauguín cambia la luz por el color, figuras grandes y en calma, muy bien contorneadas, sin perspectiva ni modelado, a base de colores planos.
Va a Tahití para implantar su filosofía de vida: para liberarse de las preocupaciones de occidente y ser libre de amar, cantar y bailar. La obra gana en cierto misticismo: plasma un mundo primitivo en cuadros que son reproches hacia occidente.
Paul Gauguin- Jinetes en la playa 1902
     Influencia de Degas: antes estaban en el hipódromo, ahora están en las playas de Tahiti. Se cambia el escenario, no el planteamiento. Los dos caballos de la izquierda son de nuevo espíritus, tupapaus, auqnue aquí no influye su presencia.
Paul Gauguin- Mujeres de Tahiti, 1891
De sus pinturas de Martinica, opinó Van Gogh:
«¡Formidables! No fueron pintadas con el pincel, sino con el falo. Cuadros que al mismo tiempo que arte son pecados (...) Esta es la gran pintura que sale de las entrañas, de la sangre, como el esperma sale del sexo».
Paul Gauguin- ¿De dónde venimos? ¿Quiénes somos? ¿Adónde vamos? 1897
     Testamento pictórico: cuando acabó este cuadro tomo arsénico para suicidarse pero bebió demasiado y lo vomito. Esta es su peor etapa, su salud está muy deteriorada (lepra, sífilis…), está en mala situación económica por deudas. En 1897 muere uno de sus hijos, con el que tenia mayor contacto. Mi hija ha muerto. Ya no quiero a Dios. Este cuadro es su visión de la humanidad. Se pregunta por el sentido de la vida humana desde el nacimiento hasta la muerte.
Friso alargado (1,4 x 3,7 m): disposición horizontal que hay que leer de derecha a izquierda, desde el nacimiento con el recién nacido. Contrastan figuras junto a un árbol de la ciencia (el conocimiento como algo negativo y figuras tahitianas en un mundo más feliz). En la izquierda, un ídolo (mundo sobrenatural, el más allá). Hasta el momento de la muerte, una mujer anciana acurrucada, postura de las momias precolombinas que transmiten la idea de la muerte.
Paul Gauguin- Manao Tupapau, 1892
     El espíritu de los muertos vigila (manao tupapau). Inspirada en la Olympia. Teura es el modelo de Gauguin y su compañera en este momento. Aparición de un supuesto espíritu ante la presencia de Gauguin: mezcla de la realidad con lo sobrenatural. Todo lo que tiene vida acaba cayendo en manos de la muerte.

Vincent van Gogh (1853-1890)
     Como consecuencia de haber recibido una educación totalmente religiosa, dedicará la vida entera a la búsqueda de lo absoluto, en un primer momento por la predicación a los mineros y mediante el estudio de la teología y más adelante por medio de la sublimación a través de la obra de Arte. Durante un viaje a París conoce a Gauguin y a Toulouse-Lautrec, entusiasmándose por su pintura. En 1808 abandona París para instalarse en Arles. Poco después surgen graves desavenencias entre él y Gauguin, con quien solía reunirse a pintar, que culminarán con el conocido episodio en el que Van Gogh acaba por cortarse una oreja con una navaja de afeitar. Desde ese momento comenzará a ser el “loco de pelo rojo" hasta el 27 de julio de 1890 en que se suicida disparándose una bala en el pecho. Las pinceladas rápidas, cercanas a la convulsión expresionista, son su característica principal, los suelos estremecidos, las líneas retorcidas, la deformación de la realidad para sacar la rabia que llevaba dentro, son sus principales aportaciones.
Vincent van Gogh- El tejedor en el telar (1884)
     La pintura El tejedor en el telar, de mayo de 1884, expresa la dureza y el esfuerzo de este oficio, pero también la dignidad del personaje, aquí Van Gogh demuestra la solidaridad y su identificación con el protagonista, intentando representar el ideal de una sociedad libre de la industrialización y hace una alabanza al trabajo artesanal. La composición de esta pintura consigue el efecto de enmarcar al tejedor en el mecanismo del telar, dentro de un enrejado horizontal y vertical que parece integrar al personaje hasta conseguir que llegue a formar parte de la máquina. La claridad del fondo de la pintura hace resaltar todo el dibujo.
Vincent van Gogh- Los comedores de patatas (1885)
     Durante la primavera de 1885 pintó la que se considera una de sus grandes obras tempranas: Los comedores de patatas. Hasta entonces sus esfuerzos se habían centrado siempre en la representación de una figura, en esta obra se encontró con la dificultad de tener que coordinar cinco personajes y conseguir relacionarlos. Para realizar esta pintura contrató modelos, y realizó diversos esbozos de dibujos de las figuras y estudios sobre detalles, con las manos sujetando el tenedor, la taza o la tetera. Los colores empleados de tonos terrosos no contribuyeron a una fusión armoniosa con el fondo.
<He querido dedicarme conscientemente a expresar la idea de que esa gente que, bajo la lámpara, come sus patatas con las manos que meten en el plato, ha trabajado también la tierra, y que mi cuadro exalta, pues, el trabajo manual y el alimento que ellos mismos se han ganado tan honestamente >
     El 21 de febrero de 1888 llega a Arlés, al sur de Francia, primero se instaló en una habitación situada en el Hotel-Restaurante Carrel, por la que pagaba cinco francos diarios; esto representaba sobrepasar sus posibilidades económicas, además el espacio era muy reducido para tener su taller. Pintaba todo lo que veía y ya no necesitaba estampas japonesas, como él mismo reconoció en una carta dirigida a su hermana: «Aquí no me hace falta para nada el arte japonés, porque me imagino estar en el Japón y nada más necesito abrir los ojos y ver lo que tengo delante» Sus primeros cuadros en Arles fueron típicamente japoneses; la pintura Melocotonero en flor, la realizó en marzo de 1888. Pintó la naturaleza de los alrededores, los campos de trigo, los pantanos del delta del Ródano, el canal del sur de Arles…
Vincent van Gogh- Melocotonero en flor (1888)
Vincent van Gogh- El dormitorio en Arlés (1888) 
     Sobre el tema de su dormitorio, Van Gogh realiza tres cuadros casi idénticos. En una carta dirigida a su hermano Théo, Vincent explica lo que le incita a pintar una obra semejante: quiere expresar la tranquilidad y resaltar la sencillez de su dormitorio mediante el simbolismo de los colores. Para ello, describe: "los muros lila pálido, el suelo de un rojo gastado y apagado, las sillas y la cama amarillo de cromo, las almohadas y la sábana verde limón muy pálido, la manta roja sangre, la mesa de aseo anaranjada, la palangana azul, la ventana verde", afirmando: "Había querido expresar un reposo absoluto mediante todos estos tonos diversos". Mediante estos diferentes tonos, Van Gogh hace referencia a Japón, a sus crespones y a sus estampas. Se justifica de este modo: "Los Japoneses han vivido en interiores muy sencillos y que grandes artistas han vivido en este país." Pese a que, para los japoneses, una habitación decorada con cuadros y muebles no parezca realmente sencilla, para Vincent es "un dormitorio vacío con una cama de madera y dos sillas." Alcanza a pesar de todo una cierta austeridad, por su composición constituida casi únicamente de líneas rectas y por la combinación rigurosa de superficies de color que compensan la instabilidad de la perspectiva. Ver imagen en alta definición.
     Es una serie de cuadros al óleo realizados por el pintor holandés Vincent van Gogh. De la serie hay tres cuadros similares con catorce girasoles en un jarrón, dos con doce girasoles, uno con tres y otro con cinco.
Van Gogh pintó los primeros cuatro cuadros en agosto de 1888, cuando vivía en Arlés, en el sur de Francia, y otros tres similares en enero del año siguiente. Las pinturas están todas ejecutadas en lienzos de cerca de 90 x 70 cm.
Usó un pigmento en sus girasoles, el amarillo de cromo o cromato de plomo, al cual deben su misterioso y enigmático color. La descomposición del cromato de plomo por efecto de la exposición a la luz convirtió el amarillo brillante original en un tono pardo verdoso. 
Vincent Van Gogh- La noche estrellada, 1889
     Saint Rémy de Provence. Los últimos años de Van Gogh estuvieron marcados por sus permanentes problemas psiquiátricos, que lo llevaron a ser recluido en sanatorios mentales de forma voluntaria, entre los que se encontraba el manicomio de Saint-Rémy. En el sanatorio tuvo dos habitaciones, una habilitada para hacerla servir de taller. Cuando no podía pasear pintaba cuadros de interior, como Jarrón con lirios. Uno de sus primeros cuadros allí fue Iris, donde muestra una gran vitalidad rítmica y una gran conjunción de colores. En esta época su pintura se caracteriza por la presencia de remolinos, como se puede observar en una de sus pinturas más conocidas, La noche estrellada.

Vincent van Gogh- Campo de trigo con cuervos (1890)

Henri de Toulouse-Lautrec (1864-1901)
     Fue un niño marcado porque una fractura le truncó el crecimiento. Desde que en 1889 se construye el Moulin Rouge, se convierte en su más asiduo visitante y cronista de primer orden. Entre el alcohol y la bohemia, estudia las características psicológicas de las bailarinas y las mujeres de vida dudosa. Pero donde verdaderamente revoluciona la técnica es en el campo del grabado, donde las siluetas se deforman y se cubren de tonos tan inhabituales como el azul o el violeta. Con toques de Seurat y poses de Degás, las estampas en colores de Lautrec, logradas transcripciones de las estampas japonesas, son el precedente inmediato del modernismo, así como del diseño gráfico actual.
      La obra de Toulouse-Lautrec se caracteriza por su estilo fotográfico, al que corresponden la espontaneidad y la capacidad de captar el movimiento en sus escenas y sus personajes, siendo el suyo un estilo muy característico. A esto hay que añadir la originalidad de sus encuadres, influencia del arte japonés, que se manifiesta en las líneas compositivas diagonales y el corte repentino de las figuras por los bordes. Poseía una memoria fotográfica y pintaba de forma muy rápida. Sin embargo, su primera influencia fue la pintura impresionista y, sobre todo, la figura de Degas, de quien siguió la temática urbana alejándose de los paisajes que interpretaban Monet o Renoir. Fue la vanguardia del Modernismo y del Art Nouveau.
      Lautrec fue fundamentalmente un dibujante e ilustrador, tareas que le permitieron subsistir. Sus pinturas al óleo son comparativamente escasas y apenas las expuso en vida. Al contrario que Van Gogh, su «malditismo» o fama de persona marginal no implicaron que fuese un artista fracasado; y de hecho fue muy popular por sus ilustraciones y carteles publicitarios. Aportó quince diseños al semanario Le Rire y también ilustró el programa de mano del estreno teatral de Salomé de Oscar Wilde.


Henri de Toulouse-Lautrec- Bal au Moulin Rouge (1890)
     Toulouse será el maestro de cartel y del tablón publicitario. La idea que hoy se tiene del cartel publicitario no se produce hasta la segunda mitad del siglo XIX. Cheret se considera el padre del cartel moderno, pero el maestro indiscutible del género es Lautrec. Dota al cartel de un lenguaje propio. La función del cartel es anunciadora. Se coloca en las calles de las ciudades. Se dirige a un público que camina y que asimila el mensaje del cartel en un golpe de vista. El mensaje tiene que ser nítido y conciso. Lautrec hace más legible el cartel: texto, imágenes, colores… Descarga los carteles de elementos y reduce el texto para que se asimile más rápidamente la información. Amarillo, rojo, blanco, negro. La línea en el cartel sí tiene un poder delimitador. Colores planos. Tanto el dibujo como el mensaje se distinguen claramente, incluso a distancia. Carácter propagandístico.
Dinamismo provocado por el color y la línea. Figuras en constante movimiento. Colores primarios: amarillo, rojo, azul. También blanco y negro.
                                                                                                       

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